lunes, 16 de agosto de 2010

ENSAYO DEL LIBRO "LA GUERRA DE GALIO"


En la obra “La Guerra de Galio”, escrita por el historiador Héctor Aguilar Camín, se aprecia el desarrollo de la política mexicana desde el año 1968, en el que prevalecían los movimientos políticos y estudiantiles que culminaron con la matanza de un número indeterminado de personas en la Plaza de las 3 Culturas en Tlatelolco, así como el movimiento de los agraristas encabezado por la Liga 23 de septiembre y cuyo líder, en el estado de Guerrero, fue Lucio Cabañas encargado de llevar a cabo dicha movilización; hasta el año de 1986, en que culmina la obra con el supuesto asesinato de Carlos García Vigil, acontecimiento que ocurrió de manera muy sospechosa y se puede decir que hasta confusa. Fue un periodo extremadamente violento, donde la lucha por la libertad en general y en lo particular por la libertad de expresión así como por la existencia de una verdadera democracia constituyó los principales eventos que prevalecían a lo largo de la historia relatada.

Lo expuesto con antelación sólo destaca el enorme abismo que existía entre el Estado y sus instituciones y el pueblo, la ausencia de una verdadera libertad, circunstancia que se hace evidente cuando detienen a Santiago, integrante de la Liga 23 de Septiembre y hermano de Santoyo, por “Difundir ideas exóticas y tener en su local propaganda comunista”, la inexistencia de un sistema político en el cual la gente pudiera convivir pacíficamente y por ende de la pluralidad.

Todos los acontecimientos antes señalados eran cubiertos por el periódico La República cuyo director era el periodista Octavio Sala, medio de comunicación del que, posteriormente, muy a pesar de sus raíces de historiador e investigador, formó parte integrante Carlos García Vigil, quien entró en contacto y amistad con el director del diario La República, luego que éste leyera su ensayo “Historia de Cosío Villegas”, publicado en el suplemento cultural Lunes, contenido en el mismo diario. De esta manera, poco a poco se convierte en su mano derecha, amigo leal y aliado durante siete años, empezando su carrera periodística haciendo reseñas bibliográficas de literatura en el suplemento cultural antes señalado, para posteriormente realizar breves reportajes y editoriales, hasta convertirse en una de las mentes más brillantes que hubiera laborado en La República, enfocándose el autor en la importancia que revestía la prensa para la libertad y el alcance de la democracia, ideales que sólo se podían lograr mediante la vida activa y no la contemplativa, definidas por Hanna Arednt.

En efecto, la vida activa antes señalada no sólo se dio en los movimientos políticos y estudiantiles de la Liga del 23 de septiembre, sino también en el periódico mismo de la República al acordar, durante una de sus reuniones de personal o tenidas, exponer los hechos como son así como una averiguación directa de “temas intocados de la realidad nacional, renunciando así a la vida contemplativa que habían estado ejerciendo durante la primera etapa del periódico y que consistía en “cuidar las apariencias para no dar pena ni facilitar nuevas agresiones”, donde el país sólo se exhibía como “un sistema ordenado en el que todo acontecimiento remite a una causa y en el que no hay lugar para la libertad”, es decir donde sólo existe la certeza y no así la contingencia prevista por la vida activa de Arendt.

Uno de los factores que sirvió de parteaguas para llegar a ese acuerdo, fue el cambio radical que había sufrido la plantilla que conformaba el diario de La República, ya que sus hacedores originales fueron cristeros y conservadores, antiagraristas y proamericanos, en cambio ahora, estaba conformado mayormente por democristianos y liberales, antipriístas y antigubernamentales, quienes procuraron alcanzar la excelencia mediante el manejo de la lengua y la habilidad argumentativa.

Al plantearse este cometido para el surgimiento de un periódico verdaderamente fidedigno, empezaron a surgir los cuestionamientos acerca de ¿Cuál es el límite que el periódico, como medio de comunicación, debe traspasar para el conocimiento de la verdad? así como ¿Hasta qué punto la verdad conocida beneficia al bienestar común de la sociedad?, esto tomando en consideración además las agresiones y afectaciones que sufrieron en detrimento de su patrimonio, a las que se vieron sujetos los integrantes de la República quienes, al destapar la represión que ejercía el gobierno hacia los líderes e integrantes de los movimientos políticos y estudiantiles de la época, los asesinatos que éstos sufrieron de manera misteriosa y sin resolver, así como la corrupción que se ha venido desenvolviendo hasta la era actual, imperando la violencia aludida por Arednt.

Juntos, Sala y Vigil y el demás equipo integrante del diario lucharon porque La República no hiciera concesiones de ningún tipo al gobierno, a pesar de la ayuda monetaria y posteriormente amenazas que recibía por parte de ciertos personajes adscritos a la Secretaría de Gobernación, entre los que figuraba Abel Acuña, hasta que Sala perdió la dirección del diario por conflictos internos y externos, con Rogelio Cassauranc por el desacuerdo y la renuncia sobre los derechos de Matapalos II, y verse en la necesidad de fundar otro diario: La Vanguardia, mismo que tomara la línea del anterior, en forma todavía más severa e independiente.

Otra esfera de la sociedad donde, a consideración de Galio Bermúdez, asesor del Secretario de Gobernación y adulador político que entabla una relación de conveniencia con Carlos Vigil a fin de atenuar las notas periodísticas publicadas en la República reformada y posteriormente en la Vanguardia, se apreciaba la vida política del país, fueron los sótanos en donde se gestaban circunstancias de cambio y florecía la guerrilla urbana, generándose la acción a la que aludía Hannah Arendt constituida de la práctica (praxis) y el discurso (lexis).

Galio Bermúdez era quien más frecuentaba esos sótanos políticos y era quien, a mi parecer, cuestionaba de una forma más severa las ideas y pensamientos históricos y políticos de Carlos Vigil, a quien frecuentemente llamaba “querido” y “promesa”, definiendo la historia de México como el “recuento falso de los caprichos de un poder displicente” y que la encarnación mayor de ese poder es Antonio López de Santa Anna debido a que nadie ejemplificaba de mejor manera el Presidencialismo Mexicano, por eso Galio apuntó y corrigió, de manera muy evidente, a Carlos al cuestionarle sobre el Texto Fundamental de la Historia de México, respondiendo este último que era el arrepentimiento de Hidalgo, a lo que Galio refutó que no, que el Texto Fundamental lo antes señalado eran las Memorias del General Antonio López de Santa Anna, a quien se le ha señalado como un ser autoritario, titular de un gobierno despótico.

Autoritarismo que si bien fue en menor dimensión a la ejercida durante el gobierno de Santa Anna, continuó durante el gobierno del PRI con los 70 años de dictadura moderna que ejerció dicho partido político y que se aprecia en el desarrollo de la novela, al especularse sobre la persona en la que recaería la próxima candidatura presidencial, figurando el Secretario de Hacienda, el Secretario de Gobernación y el Secretario del Trabajo, arriesgándose el diario de la República a publicar, sin certeza alguna más que el simple uso de la lógica y el repaso de los hechos acontecidos, a señalar quién sería el próximo candidato presidencial y cómo afectaría el desenvolvimiento del diario, implicando ese riesgo a que el pensamiento crítico efectuado fuera carente de razón, estando obligados a “responsabilizarse de uno mismo”, es decir de lo dicho, generando la inquietud establecida por Ortega y Gasset.

Otro punto importante de la historia, es que Octavio Sala, en su lucha por la verdad, esta empecinado por esos años en denunciar la guerrilla clandestina que se vive al interior del país, a partir de la matanza de Tlatelolco, sin que el gobierno admita reconocerla como tal. Santoyo y Paloma, amigos íntimos de Vigil, se adentran en la clandestinidad luego de la muerte de Santiago, hermano de Santoyo, y representan ese mundo que se teje por debajo del mundo mexicano de las apariencias, amparado por los consecutivos gobiernos del PRI y que, obviamente, como todo régimen eternizado en el poder, comete excesos de autoritarismo, alimentando la falacia de la voluntad general conceptualizada por Hanna Arednt, al anteponer el Gobierno sus intereses particulares. El enriquecimiento de la clase política, sus influencias y sus contradicciones, forman la columna vertebral de la denuncia periodística llevada a cabo primero por la República y posteriormente con la Vanguardia, periódico del cual salió Vigil debido a lo que estimo como una traición por parte de Sala al publicar en primera plana la muerte de Santoyo utilizando información que Vigil le solicitó se usara de forma confidencial, a lo que hizo caso omiso al exponerlo como fuente y al exhibir sin misericordia a Galio y a Croix, transgrediendo así Sala la confianza que Vigil depositó en su persona demostrando ser un hombre masa movido por la ambición de vender más ejemplares de su periódico La Vanguardia.

No obstante la acción anterior, a Sala lo comparan a la idea que se plasma en la novela de Billy Budd de Melville, por la supremacía natural que de él emana, describiendo a éste personaje como “el marinero mejor, el más fuerte, el más valiente, el más alegre y el más solidario”, indicando Vigil que “el poder de Sala es como el de la naturaleza, que no sabe que estamos con ella”, sin embargo estimo que otra coincidencia es apreciable mediante la conducta descrita en el párrafo inmediato anterior, toda vez que al traicionar la confianza de Vigil en beneficio propio ha conocido el mal y por ende se ha convertido en alguien malvado tal y como aconteció con Billy Budd al golpear bruscamente al hombre que dio un testimonio falso contra él.

Finalmente, otra de las cuestiones que llamó mi atención como lector, fue la súbita muerte de Carlos García Vigil, quien habiendo quedado en la soledad extrema y por ende en la búsqueda de amoríos con prostitutas, muere a los 40 años de 2 balazos, circunstancia que deja en un estado de confusión al lector, puesto que se desconoce quién fue el autor material e intelectual de ese acto ponzoñoso y cobarde apareciendo dos hipótesis, a saber:


• Que el Gobierno cometió el Asesinato de Carlos Vigil ya que al no aceptar la Dirección del periódico de la República, el cual estaba en su peor momento debido al deficiente manejo que le dio Cassauranc, quedaba como un cabo suelto, un escritor independiente que no se dejaba manipular por el Estado, brillante, sagaz, incisivo y altamente conocedor de las represiones y corrupción que ejercía el Gobierno de la época, lo cual no le convenía a sus intereses.


• Que fue Octavio Sala quien lo asesinó debido a la competencia que implicaría que Vigil asumiera la dirección de la República, en detrimento de las ventas del diario La Vanguarda que él presidía y que era el de mayor circulación de aquélla época, esto sin olvidar el apoyo que recibiría por parte del Gobierno, quien si bien es cierto volvería a manipular las notas y editoriales publicadas como acontecía en el México de las apariencias, también es cierto que el Gobierno llenaría de privilegios y concesiones de carácter económico a cambio de ese favor, desatando en Sala la envidia extrema y la perdición sostenida por Arendt en su reseña de la obra Billy Budd de Mellville.


• Que fue el propio Vigil quien agotado por las circunstancias que lo sobrepasaban fingió su muerte a fin de que el Gobierno lo dejara vivir en Paz y pudiera, por primera vez en su vida, disfrutar de una libertad que aún desconocía toda vez que el tiempo que fungió como periodista degradó y ofendió su naturaleza humana, por lo que ahora era el momento oportuno para ser libre siguiendo sus convicciones y pensamientos ya que como se señala en el texto de Dos Conceptos de Libertad de Hannah Arednt “La única libertad que merece este nombre es la de buscar nuestro propio bien, por nuestro camino propio”, que fue lo que a mi concepción pudo haber hecho Vigil ante tanto hartazgo del ámbito corrompido y oscuro que comúnmente frecuentaba.

Como conclusión, es imposible negar que esta obra presenta de una manera clara y detallada la importancia de la prensa libre para el buen desarrollo y manejo de la democracia, misma que implícitamente da lugar a la pluralidad en el ámbito político anhelada por Arendt, mediante el cual se generaría el potencial de una libertad e igualdad políticas entre las personas quienes al expresar sus ideas, ejercer la objeción de conciencia y participar en la resistencia civil pueden llegar a ser reconocidos por el Estado por sus acuerdos u objeciones existiendo por ende una verdadera unión o integración de intereses de una vida de común dependencia y sacrificio, con una suficiente libertad negativa que les proporcione la posición deseada y se procure evitar el paternalismo político que ha prevalecido desde la época en que se sitúa la obra hasta nuestros tiempos.

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